La importancia de la venta de Bavaria
Hoy sale en El Tiempo un artículo sobre la venta de Bavaria, firmado por el presidente de la Sociedad Colombiana de Economistas. Es casi una ironía.
Colombia tiene sólo un verdadero problema (pues todos los demás serían pequeños si se pudiera remediar ése) y es la ausencia de crítica. Es algo congénito, heredado de la cultura contrarreformista con que nació el país. Por eso las afirmaciones de este señor no recibirán respuesta de los economistas.
Hace poco leí una columna de Rudolf Hommes sobre el narcotráfico en la que no hacía la menor mención a la teoría, aceptada unánimemente por todos los que han ido a una universidad en Colombia, según la cual la prohibición de las drogas es una estratagema del gobierno estadounidense junto con los bancos para perseguir a los demás países.
Nadie puede poner en duda eso y señalar a quien lo propaga porque cometería con eso un crimen de lesa jerarquía, ofendiendo a la rata de más pedigrí del muladar.
Lo mismo pasará con este presidente de la Sociedad Colombiana de Economistas que pone a los europeos a tomarse de promedio noventa cervezas al día. Pero no hablo de sus víctimas, de esos cretinos que sacan doctorados colombianos y creen que entienden de economía porque recitan un par de frases de Nikitín, y hasta se sienten dueños de Bavaria, como señalaba un comentarista. Hablo de columnistas y de personas que realmente entienden, que de todos modos no se atreverán a enmendarle la plana al presidente del gremio.
Y a mí las cuentas de la cerveza me parecen casi tolerables y acertadas en comparación con el cuento, que no es ninguna errata sino un "argumento", según el cual la similitud entre las cifras de inversión extranjeras y las de utilidades enviadas al exterior nos lleva a la conclusión de que nos sale "lo comido por lo servido", DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA BALANZA DE PAGOS.
Por el amor de Dios, desde el punto de vista de la confianza que inspira la economía colombiana, el problema no es la balanza de pagos sino el volumen de esa inversión, y desde el punto de vista de la productividad, y por tanto de las perspectivas de esa inversión, el problema es el volumen de esas utilidades reportadas a los inversores.
Si la inversión fuera la que menciona este señor y las utilidades fueran nulas, las perspectivas del país serían de verdad angustiosas. Pero es que los profesores de las universidades afirman que las compras de empresas no son inversión porque no se crean nuevos negocios ni se ensanchan los existentes. La capitalización a estos héroes (nadie lo dude, socialistas de la línea Carlos Slim) les parece un problema resuelto. El que compra acciones no está invirtiendo realmente.
Y me pregunto, ¿cómo va a plantearse la expansión empresarial o la creación de empresas de tamaño considerable si no hay señales de confianza, como lo es la inversión en la compra de empresas? Da igual, el presidente del gremio de economistas sólo está pendiente de la balanza de pagos y protesta cuando no ve que hay inversión efectiva en creación de empresas.
Colombia tiene sólo un verdadero problema (pues todos los demás serían pequeños si se pudiera remediar ése) y es la ausencia de crítica. Es algo congénito, heredado de la cultura contrarreformista con que nació el país. Por eso las afirmaciones de este señor no recibirán respuesta de los economistas.
Hace poco leí una columna de Rudolf Hommes sobre el narcotráfico en la que no hacía la menor mención a la teoría, aceptada unánimemente por todos los que han ido a una universidad en Colombia, según la cual la prohibición de las drogas es una estratagema del gobierno estadounidense junto con los bancos para perseguir a los demás países.
Nadie puede poner en duda eso y señalar a quien lo propaga porque cometería con eso un crimen de lesa jerarquía, ofendiendo a la rata de más pedigrí del muladar.
Lo mismo pasará con este presidente de la Sociedad Colombiana de Economistas que pone a los europeos a tomarse de promedio noventa cervezas al día. Pero no hablo de sus víctimas, de esos cretinos que sacan doctorados colombianos y creen que entienden de economía porque recitan un par de frases de Nikitín, y hasta se sienten dueños de Bavaria, como señalaba un comentarista. Hablo de columnistas y de personas que realmente entienden, que de todos modos no se atreverán a enmendarle la plana al presidente del gremio.
Y a mí las cuentas de la cerveza me parecen casi tolerables y acertadas en comparación con el cuento, que no es ninguna errata sino un "argumento", según el cual la similitud entre las cifras de inversión extranjeras y las de utilidades enviadas al exterior nos lleva a la conclusión de que nos sale "lo comido por lo servido", DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA BALANZA DE PAGOS.
Por el amor de Dios, desde el punto de vista de la confianza que inspira la economía colombiana, el problema no es la balanza de pagos sino el volumen de esa inversión, y desde el punto de vista de la productividad, y por tanto de las perspectivas de esa inversión, el problema es el volumen de esas utilidades reportadas a los inversores.
Si la inversión fuera la que menciona este señor y las utilidades fueran nulas, las perspectivas del país serían de verdad angustiosas. Pero es que los profesores de las universidades afirman que las compras de empresas no son inversión porque no se crean nuevos negocios ni se ensanchan los existentes. La capitalización a estos héroes (nadie lo dude, socialistas de la línea Carlos Slim) les parece un problema resuelto. El que compra acciones no está invirtiendo realmente.
Y me pregunto, ¿cómo va a plantearse la expansión empresarial o la creación de empresas de tamaño considerable si no hay señales de confianza, como lo es la inversión en la compra de empresas? Da igual, el presidente del gremio de economistas sólo está pendiente de la balanza de pagos y protesta cuando no ve que hay inversión efectiva en creación de empresas.
2 Comments:
Me disculpo por la ignorancia. Pues como decìa alguien por ahi, es màs fàcil enseñarle periodismo a un economista que economìa a un periodista.
Què es nikitìn?
fiona
By Anónimo, at 3:01 p.m.
Para Fiona:
Nikitín era el autor de un manual de economía marxista que ofrecía un esquema simplificado de las leyes de la economía y un resumen de las teorías de El capital. Todos los militantes comunistas de algún rango se conocían o se conocen el manual de Nikitín, y cuando uno lee las respuestas de los lectores a los artículos de la prensa colombiana que tratan de economía se nota que todos los conocimientos de esos lectores proceden de esos manuales.
Un saludo y gracias por leer.
By Ruiz_Senior, at 7:33 a.m.
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