La seriedad de Navarro Wolf
Por Wilfredo Moreno
En plena globalización cuando la idea es apartarse de los sistemas proteccionistas que fueron un lastre que impedía el progreso de las naciones que los adoptaron, sale el hombre considerado más serio de la izquierda, Antonio Navarro, a proponerlo como tabla de salvación en la entrevista que le hizo el Diario Económico la Republica.
Navarro trata de disfrazar una proposición que suena desde cualquier ángulo que se la mire resulta descabellada, con la tesis demagógica de que por lo menos se le debe prestar la misma atención al mercado interno que al externo.
El mercado interno se defiende abriéndose al mundo. Ésa es una verdad comprobada en todos los rincones donde se ha puesto en práctica. Ningún empresario racional trataría de invadir a Chile con vinos, frutas estacionarias y cobre ni a Corea del Sur con aparatos electrónicos o con lana de oveja y leche a Nueva Zelanda.
Por eso la idea de Navarro ("el hombre más serio de la izquierda") no encaja en el mundo moderno y se ve como el regreso al mercantilismo ("Cómpreme pero no me venda nada"), o a la famosa y fracasada sustitución de importaciones, emprendida para conseguir una industrialización que nunca llegó, porque si lo que se quiere es defender el mercado colombiano habría que presionar a un intercambio comercial más agresivo con el resto del mundo.
Preocupante lo dicho por Navarro, no por que lo haya expuesto de forma brillante, que no lo hizo, sino por lo que nunca me cansaré de decir: es el hombre más serio de la izquierda colombiana. ¿Qué se puede esperar de los otros? ¿Alguien podría entrar a esas mentes sin sentir vértigo por las ideas espeluznantes que ahí transitan? Navarro es el punto de referencia y el hombre más serio que a salido de la ideología de izquierda en el país, y no sólo en tiempos contemporáneos.
Todo eso motiva a seguir de cerca a esa secta de ideología caduca, y muy dañina. Sólo se tiene que estudiar un poco la forma de actuar del segundo de a bordo (Garzón) para darse cuenta de que lo que digo es cierto.
El alcalde de Bogota, en lugar de preocuparse por la mala situación de la ciudad (para eso fue elegido) se ha dedicado a casar peleas con el gobierno nacional. Primero eran sus declaraciones en las entrevistas que daba en los medios impresos, donde lo que menos importaba eran los resultado de las políticas en cuestión sino de qué ideología venían impregnadas.
Es extraño que nunca lo hayan acusado de participar en política como hacen con otros.
Después se embarcó en el cuestionamiento constante a los albergues donde habitaban los reinsertados. Le dedicó tanto esfuerzo y tiempo al asunto, que convirtió en blanco de ataques terroristas a personas que lo único que quieren es alejarse de la violencia.
En plena globalización cuando la idea es apartarse de los sistemas proteccionistas que fueron un lastre que impedía el progreso de las naciones que los adoptaron, sale el hombre considerado más serio de la izquierda, Antonio Navarro, a proponerlo como tabla de salvación en la entrevista que le hizo el Diario Económico la Republica.
Navarro trata de disfrazar una proposición que suena desde cualquier ángulo que se la mire resulta descabellada, con la tesis demagógica de que por lo menos se le debe prestar la misma atención al mercado interno que al externo.
El mercado interno se defiende abriéndose al mundo. Ésa es una verdad comprobada en todos los rincones donde se ha puesto en práctica. Ningún empresario racional trataría de invadir a Chile con vinos, frutas estacionarias y cobre ni a Corea del Sur con aparatos electrónicos o con lana de oveja y leche a Nueva Zelanda.
Por eso la idea de Navarro ("el hombre más serio de la izquierda") no encaja en el mundo moderno y se ve como el regreso al mercantilismo ("Cómpreme pero no me venda nada"), o a la famosa y fracasada sustitución de importaciones, emprendida para conseguir una industrialización que nunca llegó, porque si lo que se quiere es defender el mercado colombiano habría que presionar a un intercambio comercial más agresivo con el resto del mundo.
Preocupante lo dicho por Navarro, no por que lo haya expuesto de forma brillante, que no lo hizo, sino por lo que nunca me cansaré de decir: es el hombre más serio de la izquierda colombiana. ¿Qué se puede esperar de los otros? ¿Alguien podría entrar a esas mentes sin sentir vértigo por las ideas espeluznantes que ahí transitan? Navarro es el punto de referencia y el hombre más serio que a salido de la ideología de izquierda en el país, y no sólo en tiempos contemporáneos.
Todo eso motiva a seguir de cerca a esa secta de ideología caduca, y muy dañina. Sólo se tiene que estudiar un poco la forma de actuar del segundo de a bordo (Garzón) para darse cuenta de que lo que digo es cierto.
El alcalde de Bogota, en lugar de preocuparse por la mala situación de la ciudad (para eso fue elegido) se ha dedicado a casar peleas con el gobierno nacional. Primero eran sus declaraciones en las entrevistas que daba en los medios impresos, donde lo que menos importaba eran los resultado de las políticas en cuestión sino de qué ideología venían impregnadas.
Es extraño que nunca lo hayan acusado de participar en política como hacen con otros.
Después se embarcó en el cuestionamiento constante a los albergues donde habitaban los reinsertados. Le dedicó tanto esfuerzo y tiempo al asunto, que convirtió en blanco de ataques terroristas a personas que lo único que quieren es alejarse de la violencia.
4 Comments:
Bueno el artículo aunque le faltó una frase de cierre, y se le podría completar con ésta, si me permiten: Siendo Navarro el representante más "serio" de la "izquierda", podemos ver en él lo mejor de lo peor que nos esperaría en un gobierno tutelado por él: la regresión al aislamiento y el enconchamiento histórico hasta un punto en que a Colombia no le quedaría más alternativa que aliarse con Venezuela (y por incercia, Cuba) para hacer viable dicho sistema. Y con Carlos Gaviria de ministro de economía, el escenario estaría listo para recrear una obra teatral que hace más de una década se dejó de representar lastimosamente detrás de la cortina... aquella que llamaban "la de hierro".
By D., at 6:16 p.m.
HOla, sin animo de ofenderlo, quisiera preguntarle si es impresiònb mìa o este pàrrafo esta construìdo de forma extraña.
"Navarro trata de disfrazar una proposición que suena desde cualquier ángulo que se la mire resulta descabellada, con la tesis demagógica de que por lo menos se le debe prestar la misma atención al mercado interno que al externo"
Saludos, Fiona
By Anónimo, at 7:20 a.m.
De Moreno para Fiona.
Si, es cierto, existimos personas con mentes mucho mas rápidas para interiorizar que para exteriorizar, por eso la aparición de frases extrañas como "Navarro trata de disfrazar una proposición que suena desde cualquier ángulo que se la mire resulta descabellada, con la tesis demagógica de que por lo menos se le debe prestar la misma atención al mercado interno que al externo” para decir que detrás del discurso de Navarro existe un Nacionalismo pedante que defiende los intereses de una minoría parasitaria.
By Anónimo, at 3:27 p.m.
Para Fiona:
En realidad la culpa es mía porque al editar el texto de Wilfredo obro con negligencia y no corrijo bien la frase.
Debería ser así:
"Con la tesis demagógica de que por lo menos se debe prestar la misma atención al mercado interno que al externo, Navarro trata de disfrazar una proposición que resulta descabellada se la mire por donde se la mire."
Gracias por fijarse en esas cosas. Un saludo.
By Ruiz_Senior, at 10:53 a.m.
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